Enfrentarse a un folio en blanco siempre es complicado, máxime cuando no sabes cómo empezar a relatar un fin de semana tan intenso y con tantas emociones vividas. Lo que empezó siendo hace diez años “una reunión de amigos para charlar, tocar la flauta, comer cordero y beber vino” hoy, diez años después, se ha convertido casi en un espectáculo de masas, donde un pueblo entero, Caleruega, se ha volcado con nosotros desde un principio y hoy ya es imposible no asociarlo a nuestra Orden de Caballería, Los Caballeros del Traverso, dicen que la única del mundo dedicada a la flauta.
Como bien dice José Luis Palacios Alonso en su Blog sobre Caleruega, “hemos disfrutado en Caleruega de un fin de semana intenso, radiante y emotivo con este cúmulo de artistas virtuosos que nos deleitan cada año con su visita.” Pero mi reflexión ha de ir mucho más adentro. He de hurgar en las entrañas que habitan en mí, donde las ideas eclosionan a la velocidad de la luz y se producen los milagros que dan lugar a las genialidades, a esos trazos de locura que hacen que cada uno de nuestros Encuentros sean inolvidables para todos los que participamos en ellos.
La preparación de un evento de estas características requiere de mucho esfuerzo: hay que pensar, ordenar ideas, plasmarlas en un papel, coordinar las agendas de todos, visitar los lugares donde se van a celebrar los eventos, negociar, preparar documentaciones, buscar alojamientos, dar una vuelta de tuerca a cada idea peregrina que pasa por mi cabeza y después de todo, volver a empezar, porque seguramente, algo se habrá quedado fuera del tintero y necesitaré volver a escribir, a pensar, a ordenar ideas, a negociar, a…yo qué sé, es una pescadilla malvada que se muerde la cola y a veces, no sé cómo parar esta espiral de locura.
“El sábado comenzaron los actos con un concierto de embrujo a cargo de Óscar de Manuel y su fiesta flamenca con sabor a miel de romero. Siempre sorprende e hipnotiza la forma que tiene Óscar de sacar sonidos extraordinarios de la flauta travesera. Unos temas muy variados y ricos en matices sureños que tuvieron su momentos culmen con el solo de » El bolero del revés» y el solo del maestro Ricardo Bustamente a la guitarra, así como en las intervenciones de la bailaora Sandra Ruiz y de Neftis Paloma en el final. La decorada carpa de El Prado de las Merinas se quedó casi pequeña por el numeroso público asistente al concierto y al vino patrocinado por bodegas Félix Callejo.” , sigue contando José Luis en su Blog…
Es entonces cuando sonrío en mi interior y me doy cuenta de que no estoy solo, de que la mitad de la magia de nuestros Encuentros se produce en mi casa, entre papeles, espadas, desvelos, copas de vino y susurros a media noche de mi esposa, pero la otra mitad de la magia, el Abracadabra definitivo, se produce allí mismo, en uno de los pueblos más bellos de España, en casa de Sonia y Miguel, artífices de cuanto ocurre allí en esos días, en los que el pueblo se llena de unos chiflados que se visten de Caballeros medievales y enarbolan sus espadas y sus flautas para disfrute y deleite del numeroso público que abarrota sus conciertos y acompaña en todos sus actos.
Por eso digo al principio que “hemos tocado el cielo”, no precisamente por el éxito alcanzado durante todo el fin de semana, sino porque ha aflorado tanto en mí como en Miguel y Sonia el sentimiento de gratitud. Este sentimiento no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario. Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. No todo el mundo puede experimentar gratitud. Es una virtud reservada para los espíritus más elevados y para las inteligencias mejor desarrolladas.
A diferencia de otros sentimientos, éste no aparece como un impulso simplemente. La gratitud exige que haya un sistema de valores éticos, en donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir, además de una renuncia a la visión egocéntrica de la vida.
“Posteriormente, la fría noche se tornó cálida con la presentación oficial del «Camino de los Caballeros del Traverso» (camino de subida a la peña San Jorge) con una comitiva que llegó hasta el Torreón de los Guzmanes a medianoche para nombrar Caballeros al propio Óscar de Manuel (Caballero Al-Ándalus) y a Stefano Parrino (Caballero Longobardo).”…sigue contando nuestro amigo José Luis en su Blog sobre la “Fortunata Callaroga”…y pienso, ¿es afortunada Caleruega o, realmente, somos nosotros los afortunados?… breve pensamiento mientras lleno una vez más mi copa de vino…
Es tan extensa la cantidad de personas a las que les debo gratitud en nombre de todos nosotros, que me da miedo empezar y no saber acoger a todos en esa lista que se me antoja infinita: a Lidia Arribas Delgado, alcaldesa de Caleruega y cabeza visible de todo el Ayuntamiento, Ana Munuera, amiga y concejala del mismo Ayuntamiento, Esther, la tabernera del Bar de la Plaza, Neftis Paloma, la danza, el calor y la expresividad personificada, Alfonso y Pablo Abad, las MM Dominicas, los PP Dominicos, Pocholo, al Hogar del Jubilado, nuestros amigos del Prado de las Merinas René y Helena, Cristina Callejo, Raúl Puente y Emilio Martínez, ya no por ser la cabeza visible de Yamaha en Caleruega, sino por ser amigos de verdad y de corazón, Mario, Miguel Angel, José Luis, Beatriz, Eva, Javi… y todas esas personas anónimas que habitan en Caleruega y que nos saludan y felicitan cada vez que nos acercamos por ahí…
Otro momento intenso que nos llena de orgullo es cuando se me comunica que el pleno del Ayuntamiento de Caleruega decide poner nuestro nombre a una de sus vías, concretamente al camino que sube a la Cruz que preside el pueblo desde lo alto de una pequeña colina.
Llevamos cinco años unidos a Caleruega, donde hemos compartido lo mejor de nosotros y lo que mejor sabemos hacer, nuestra música. Música que eleva el espíritu, que sana las heridas, que nos transporta a otras épocas, que une a las personas y que evidentemente ha dejado su impronta entre todos ustedes, habitantes y vecinos que, sin vosotros, Los Caballeros del Traverso no tendrían razón de ser.
Este reconocimiento es para nosotros un honor que a su vez, lleva consigo una gran responsabilidad, la cual significa quedar unidos de por vida a uno de los pueblos más bellos de España, donde desde hace tiempo no nos sentimos foráneos o ajenos a él, ya que entre sus gentes se encuentran las personas que han hecho posible que año tras año nos sigamos reuniendo aquí de manera constante e ilusionada, esa gente que llevamos en el corazón y a la que llamamos sin ningún pudor amigos, amigos de verdad.
Camino de Los Caballeros del Traverso, a partir de ahora, lugar de culto y peregrinación para nosotros.
Caleruega, tibi gratias agimus quod semper est.
“Y ya el domingo por la mañana, disfrutamos del Concierto Extraordinario que puso el broche de oro al fin de semana y a los diez años de encuentro. Tras la obertura mozartiana con todos juntos se fueron turnando en tríos, dúos, cuartetos para ofrecernos un estupendo concierto barroco siempre con la base armónica de Diego Crespo al teclado del clavecín.
Impresionante todo el concierto donde hubo momentos que quedarán en nuestro recuerdo más profundo: esa dulzura de la parte lenta del Allegro en el cuarteto de Telemann, ese maravilloso y juguetón duetto primo de Marcanti a cargo de Sotorres y Stéfano, esa precisión de Horacio Parravacini en el difícil adagio de la sonata de C.P.E Bach para traverso, esas escalas cromáticas en el cuarteto de Kuhlau,….
… y el estreno mundial de la obra «Traversus» de José Rafael Pascual-Vilaplana, creada especialmente para la ocasión. ¡Todo un verdadero lujo!”.
Me he tomado la libertad de coger prácticamente todo el artículo que de ese fin de semana escribió nuestro amigo José Luis en su Blog dedicado a Caleruega. Sin quitarle un ápice de mérito, es relativamente fácil contar lo que ha pasado y lo que hemos vivido todos durante esos días. Mi intención al reflexionar sobre nuestro X Aniversario ha querido ir más allá, he querido expresar lo que no se ve, lo que hay detrás de todo lo que acontece durante esos días, lo que ustedes no ven, las emociones que no se pueden describir con palabras, las preocupaciones, las interminables horas de trabajo, las lágrimas contenidas, la risa floja que te entra cuando algo no sale según lo previsto, la preocupación y el sudor frío que te invade cuando Óscar y sus músicos llegan con media hora de retraso y sin avisar, la mañana cogiendo arena con Sonia, Nuria, Lucía e Iñigo, el temor por el qué dirán, la inseguridad que te da el no saber si se va a llenar la carpa del hotel, las ramas de romero, las velas, el vino…todo lo que se ve y lo que no se ve, todo lo que sucede allí no es por casualidad, todo está perfectamente programado y todo cuenta, porque los detalles hacen que todo sea algo especial…
Si este año Caleruega ha marcado la diferencia, puedo afirmar, como Escribano de la Orden, que nosotros también lo hemos hecho, o al menos, lo hemos intentado…