Hablar de Caleruega de una manera imparcial no es nada fácil para nosotros, ya que en nuestra corta vida de existencia podemos hablar de un antes y un después. Si Peñaranda de Duero marcó el inicio de nuestra existencia, hoy Caleruega marca el presente y un prometedor futuro en las vidas de Los Caballeros del Traverso.
Todavía no he encontrado las palabras justas para agradecer a Sonia y a todo el pueblo de Caleruega su gran acogida, su dedicación, preocupación y bien hacer para con nosotros. Hemos ido como vasallos y nos han tratado como a reyes, y eso para nosotros, ha sido un gran estímulo para seguir juntándonos cada año en dicha población. Desde sus máximos mandatarios hasta el último habitante, nos han obsequiado con sus aplausos, el mejor bálsamo para un músico y nos han colmado de atenciones en cada momento.
Ya lo decía Dante en un fragmento de “La Divina Comedia” al referirse a ella como la “afortunada Calaroga…”, ahora me pregunto si realmente los afortunados no hemos sido nosotros al haber recalado en este pueblo.
Caleruega es un municipio situado en la provincia de Burgos. La importancia histórica del municipio radica en ser la cuna de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Dominicos.
Los orígenes de Caleruega se remontan a los albores de Castilla, en el siglo X, durante la Reconquista. Se funda como población amurallada con tres puertas y cuyo caserío se agrupaba en torno al torreón de los Guzmanes y la casa del Señor de la villa. De los orígenes de la villa de Caleruega se conservan varios testimonios (el Torreón de los Guzmanes y la parroquia románica de San Sebastián de la que hoy en día se conservan originales la torre y el arco de entrada).
En el año 1068 aproximadamente, el rey Alfonso VI el Bravo creó el Señorío de Caleruega, siendo Don Munio Díaz de Caleruega el primer titular. No obstante, tras la muerte sin descendencia del hermano de Sto. Domingo de Guzmán, el Venerable Antonio de Guzmán, V Señor de la Villa, el rey Alfonso X el Sabio otorgó a Caleruega un privilegio Rodado con el que entre otras cosas se le traspasaba el título al Real Monasterio, y más concretamente a la que fuese por entonces priora de dicho monasterio.
También hay que destacar que durante el destierro de El Cid Campeador, durante el siglo XI, éste pasó por la villa. En la Peña de San Jorge, una de las montañas de Caleruega, había muchas cuevas (ahora la mayoría bodegas), y según la leyenda popular allí se refugiaban los moros que, cuando lo veían necesario, atacaban al pueblo. Cuando el Cid llegó, el pueblo escondido y atemorizado en el Torreón de los Guzmanes salió a batallar y consiguieron expulsar a los moros de Caleruega.
En el siglo XIII, a raíz de la canonización de Santo Domingo, su hermano, el beato Manés, promueve la edificación de una capilla en su lugar de nacimiento (1237). Más tarde, en 1266, el rey Alfonso X el Sabio transforma la casa solariega de los Guzmanes en una iglesia monasterio a la que traslada la comunidad de monjas dominicas de San Esteban de Gormaz. En el siglo XVI, por iniciativa y proyecto de los dominicos mexicanos, se sustituye la iglesia original del beato Manés por otra más amplia.
Villa encuadrada en la categoría de “pueblos solos” del partido de Aranda de Duero, jurisdicción de señorío eclesiástico ejercida por el Convento de Dominicas de Caleruega, quien nombraba su Alcalde Ordinario.
A la caída del Antiguo Régimen queda constituido como ayuntamiento constitucional del mismo nombre, en el Partido de Aranda perteneciente a la región de Castilla la Vieja, contaba entonces con 176 habitantes.
Caleruega nace como núcleo urbano moderno con la desamortización. Hasta entonces la propiedad del suelo recaía fundamentalmente en las madres dominicas del Monasterio que ostentaban el señorío de la villa, que por orden de la reina Isabel II en el año 1868, se retira dicho título al Real Monasterio, habiendo sido la última Señora de Caleruega Doña Casilda Arroyuelo. Caleruega crece desde entonces de forma sostenida, sin importantes golpes demográficos, hasta llegar a superar los mil habitantes en los años 1950.
En el año 1952 recibe Caleruega un nuevo impulso dominicano con el patrocinio del Padre General Manuel Suárez y el impulso del P. Venancio Carro. Comienza ese año la construcción del Convento de los PP. Dominicos, que se suma al conjunto del Monasterio de las monjas y hace de Caleruega uno de los principales referentes de la orden dominicana en el mundo.
A partir de los años 1950 Caleruega sufre las consecuencias del éxodo del campo castellano, fundamentalmente hacia Madrid, Burgos, Barcelona y Aranda de Duero. El incipiente dinamismo económico de los 1990 en la villa, junto con la recuperación del patrimonio colectivo histórico y social, la llegada de nuevos trabajadores inmigrantes, los proyectos de turismo rural y su situación en un área de indiscutible valor histórico, artístico, natural y ecológico, abren nuevos horizontes para Caleruega en el siglo XXI.
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